lunes, 6 de marzo de 2017

El ídolo caido - “Urtain”

José Manuel Ibar Azpiazu “Urtain” fue una verdadera leyenda del boxeo en España a principios de los 70. Tenía un estilo rudo y poco profesional, pero con su fuerza bruta y su extraordinaria valentía en el ring consiguió ganar 30 combates seguidos por K.O. y proclamarse campeón de Europa en dos ocasiones. Sin embargo, tras esa efímera gloria vivió una vida cada vez más deprimente hasta que un día se suicidó. Esta es la historia de Urtain, el boxeador maldito.
Francisco Franco indicó  a su médico de cabecera Vicente Gil que buscara una figura que trajera de nuevo la gloria al boxeo español. Gil finalmente convenció a un forzudo vasco levantador de piedras: Urtain.

La muerte del padre de Urtain.
Una de las primeras penas que pasó Urtain fue la muerte de su padre: apostó a que aguantaría a la parroquia de un bar saltando sobre su abdomen desde la barra, para demostrar que era más fuerte que su hijo. Perdió la apuesta.

El día que alcanzó la gloria.
Tras empezar a hacerse un nombre ganando a adversarios de medio pelo, aspiró al título europeo de los pesos pesados contra Peter Weiland, un alemán que dijo: “Las piedras que levanta Urtain yo se las tiro a los pajaritos”. El vasco no paró de recibir guantazos en la cara y, aún así, venció por K.O. en el séptimo asalto. La gloria y la fama llegaron.

El inicio del fin.
Tras proclamarse campeón de Europa en dos ocasiones, El “morrosko” de Cestona trató de mantener el título ante el alemán Jurgen Blin. No pudo. “Nadie me ha pegado más fuerte que el alemán; ése sí que hacía daño, joder”, solía decir Urtain.

El fin de su carrera.
En el 77 quiso ser de nuevo campeón y combatió contra Jean Pierre Coopman. La paliza que se llevó Urtain fue soberbia. Su rival, técnicamente muy superior, le hizo caer en el cuarto asalto. Urtain decidió entonces abandonar el boxeo.

Renegando del boxeo.
“A mí el boxeo me lo ha dado casi todo y también me ha quitado gran parte de lo que tenía. Yo he sido una marioneta en manos de otros”, fueron sus declaraciones en un reportaje de RTVE.

Lucha libre y hostelería.
Tras un breve paso por los rings de lucha libre sin pena ni gloria, montó varios restaurantes que fracasaron estrepitosamente. Las deudas y los ahorros gastados por los que se aprovecharon de su bondad hicieron que Urtain empezara a venirse abajo.

El suicidio.
Deprimido y sin poder hacer frente al alquiler de su vivienda, el 21 de julio de 1992 Urtain se lanza desde el décimo piso del barrio del Pilar de Madrid en el que vivía. Tenía tan solo 49 años.

(ABC)

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