Así, desde el principio, desde que se pisa suelo logroñés, esta ciudad ha querido romper su fama de ser tradicional y estar estancada. La nueva estación de Logroño no es más que la culminación de un proyecto urbanístico que soterra la línea ferroviaria.
El diseño de Ábalos y Sentkiewicz hace que el primer contacto produzca una sensación de modernidad. Y lo logra con extrema sencillez, con un par de juegos simples con los materiales que le da, si cabe, más mérito a este proyecto.
Traveler
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