Cuando finaliza el viaducto se toma el sendero señalizado que sale entre los pinos hacia la derecha. Sigue durante un tramo por el pinar hasta que se llega a la ensenada del arroyo Vallarqué que baja hacia el pantano desde la base del Gilbo. Es necesario ir por el camino ancho que bordea el pantano y va siguiendo la cota con muy pocos desniveles. Se puede también andar por el camino viejo que existía antes y que se lo tragó el pantano, pero al llegar al vértice de bajada del arroyo conviene volver al camino de arriba porque éste se introduce al final en el agua cuando el nivel sube bastante, razón por la que se abrió el camino más elevado.A continuación se bordea una zona con rocas que bajan de las calizas del pico Vallarqué y poco después se llega a la salida de un camino hacia la cueva del monte y el mirador de las Biescas. Se deja la subida para después y se sigue por buen firme pasando el área recreativa para continuar por un camino entre un arco de avellanos que pasa a un hayedo en el que existen varios ejemplares antiguos con extrañas formas. También, por el camino se encuentran restos del pasado minero de la zona en forma de estanque de decantación y muro de carga, que están siendo comidos por la maleza. Tras una serie de vueltas y revueltas se llega al muro rocoso que baja desde el Cueto Cabrón y donde resulta imposible continuar por tierra.
Desde ese punto se vuelve, no sin antes contemplar el panorama que se abre ante la vista del caminante con los picos Yordas, Pandián y la Mura, así como las estribaciones de la Tendeña con el Cueto Nebloso. Al volver, en un punto determinado se pueden ver las escombreras de la mina y en la más elevada el mirador de las Biescas al que se deben dirigir como próximo objetivo. Podría hacerse directamente sin mayor complicación que el fuerte desnivel, pero la ruta se aconseja volviendo al cruce en el que se encuentra el desvío a la cueva de la Vieja del Monte y si hay suerte se la puede encontrar buscando frutos del bosque para los niños que ayudan a sus padres.
Subiendo una cómoda cuesta se llega a un desvío señalizado a la izquierda que va a la cueva de la Vieja del Monte, que si ha llovido, puede tener agua y en su interior se pueden ver desde hierbas medicinales hasta un jergón con mullido de escobas, un caldero con monedas, el horno donde amasa el pan, un jarro de madera, perchas y diversos utensilios para sus tareas. Solamente en fechas señaladas puede verse a la Vieja del Monte. Por tanto continúa el camino hasta llegar al mirador de las Biescas, asentado sobre una antigua escombrera de la mina. Las bocaminas se encuentran más arriba y son peligrosas, pues son simas sin protección, por lo que no conviene andar demasiado por esa zona.
La vista desde el mirador es buena al estar en una zona elevada y se contemplan las montañas que se han ido viendo a lo largo del recorrido aunque con otra perspectiva. El camino continúa hacia la collada del Baile que posibilita la ascensión al Gilbo o el descenso hacia Horcadas, una ruta que se realizará en otra ocasión.
Desde este punto solamente queda bajar por el mismo camino hacia el pinar, cruzar el viaducto y terminar la ruta donde se comenzó, en la plaza de los Pueblos de Riaño.
La Nueva Crónica