Existe en Rocallaura una leyenda según la cual hace muchísimos años habitaba en los alrededores del pueblo un dragón, una horrible fiera con siete cabezas, a la que era preciso entregar todos los años una muchacha virgen.
La infeliz a quien tocara en suerte ser entregada al dragón, podíadespedirse de los suyos, porque ya jamás volvían a verla. Ninguna delas que se había llevado había vuelto.
Por más que repugnara a los vecinos del pueblo esta obligación deentregar todos los años una muchacha al dragón, no tenían más remedio que conformarse, ya que si dejaban de hacerlo, la fiera les arrasaba las cosechas, devoraba sus rebaños y los arruinaba por completo, sembrando el terror por todas partes.
Por este motivo llegaron al acuerdo de sortear entre todas las muchachas, cuando llegaba el día fijado por el monstruo, la que debía sacrificarse, y a la que le tocaba en suerte, de ninguna manera podía negarse a cumplir su sacrificio.
Había entre todas una de singular belleza y mucha bondad, hija deun rico colono. La casa que habitaba la joven con sus padres era conocida con el nombre de Can Dalmau, y aún hoy existe en Rocallaura una casa de ese nombre.
Un año correspondió a esta joven ser entregada; así, aunque estabaya prometida en matrimonio, no tuvo más remedio que resignarse consu suerte y, rompiendo su compromiso, entregarse a la horrible fiera.La muchacha, antes de despedirse de sus padres y de su prometido, fuese sola al campo y, arrodillándose, se puso a rezar con gran fervor a san Jorge, de quien ella había oído contar que había librado deldragón a una joven.
Mucho rato llevaba arrodillada rezando, cuando vio bajar del cieloun caballero vestido de blanco y montado en un soberbio caballo delmismo color.
Levantóse, maravillada, y el caballero, apeándose, se acercó a ellay le dijo que podía marcharse a su casa tranquilamente, que nada temiera del dragón, porque él la libraría y, con ella, a todas las muchachas de Rocallaura.
Montó de nuevo a caballo, y dirigiéndose a la cueva del dragón, peleó con él y lo mató. Y así libró, como había dicho a la joven de CasaDalmau, a todas las doncellas de Rocallaura.
(Según "Leyendas de España" de Vicente García de Diego)
La infeliz a quien tocara en suerte ser entregada al dragón, podíadespedirse de los suyos, porque ya jamás volvían a verla. Ninguna delas que se había llevado había vuelto.
Por más que repugnara a los vecinos del pueblo esta obligación deentregar todos los años una muchacha al dragón, no tenían más remedio que conformarse, ya que si dejaban de hacerlo, la fiera les arrasaba las cosechas, devoraba sus rebaños y los arruinaba por completo, sembrando el terror por todas partes.
Por este motivo llegaron al acuerdo de sortear entre todas las muchachas, cuando llegaba el día fijado por el monstruo, la que debía sacrificarse, y a la que le tocaba en suerte, de ninguna manera podía negarse a cumplir su sacrificio.
Había entre todas una de singular belleza y mucha bondad, hija deun rico colono. La casa que habitaba la joven con sus padres era conocida con el nombre de Can Dalmau, y aún hoy existe en Rocallaura una casa de ese nombre.
Un año correspondió a esta joven ser entregada; así, aunque estabaya prometida en matrimonio, no tuvo más remedio que resignarse consu suerte y, rompiendo su compromiso, entregarse a la horrible fiera.La muchacha, antes de despedirse de sus padres y de su prometido, fuese sola al campo y, arrodillándose, se puso a rezar con gran fervor a san Jorge, de quien ella había oído contar que había librado deldragón a una joven.
Mucho rato llevaba arrodillada rezando, cuando vio bajar del cieloun caballero vestido de blanco y montado en un soberbio caballo delmismo color.
Levantóse, maravillada, y el caballero, apeándose, se acercó a ellay le dijo que podía marcharse a su casa tranquilamente, que nada temiera del dragón, porque él la libraría y, con ella, a todas las muchachas de Rocallaura.
Montó de nuevo a caballo, y dirigiéndose a la cueva del dragón, peleó con él y lo mató. Y así libró, como había dicho a la joven de CasaDalmau, a todas las doncellas de Rocallaura.
(Según "Leyendas de España" de Vicente García de Diego)
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