Pocas ciudades españolas tienen la magia que rezuma la bella ciudad de Ronda. Si hay algo que puede rematar una escapada a esta zona es buscar la Cueva del Gato, en la Sierra de Grazalema, a tan solo 15 kilómetros de allí. Está declarada como Bien de Interés Cultural y es un verdadero paraíso.
El río Guadiaro nace (o renace) en el interior de esta cueva y provoca preciosos saltos de agua, así como una lagunilla de agua cristalina a la entrada de la cueva que se conoce como el Charco Frío. Como su nombre indica, el agua está congelada, pero se agradece con el calor que pega en esta zona. Aunque el acceso no es gratuito, entre semana el precio es simbólico.
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