Si la ruta por los pueblos "madrileños" de Ávila se queda corta, siempre se puede seguir la carretera para descubrir nuevos lugares donde uno pueda remojarse.
Como en Guisando, en la ribera del río Pelayo y en el entorno inigualable de la Sierra de Gredos. Tanto desde Guisando como desde Arenas de San Pedro hay rutas hacia el Charco Verde, una piscina natural de aguas limpias donde desconectar del mundanal ruido.
También se puede hacer una excursión río arriba hasta otra poza, la de los Cachizos, un capricho de la naturaleza al alcance de unos pocos.
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