Los mentideros de Madrid eran lugares donde los madrileños del Siglo de Oro se reunían para conversar. Allí se hablaba de todo lo divino y lo humano, se especulaba, fabulaba y en suma, se comentaba, más por no callar que por otra cosa, sobre Madrid, sus gentes y aquellos que las gobernaban.
El Convento de San Felipe el Real fue un antiguo convento madrileño de los monjes agustinos calzados, situado al comienzo de la Calle Mayor de Madrid, junto a la Puerta del Sol. Construido entre los siglos XVI y XVII, estaba edificado sobre un gran pedestal (con perímetro protegido de barandillas) en el que se encontraba el más célebre mentidero de la villa (las Gradas de San Felipe). Uno de sus huéspedes ilustres fue Fray Luis de León. Se encontraba frente al palacio de Oñate.
Durante el siglo XVI el convento poseía unos fuertes muros para aislar la vida conventual del bullicio exterior de la Puerta del Sol. La construcción de la fachada por el arquitecto Juan Gutiérrez Toribio dio lugar a una superficie con gradas que se denominó Lonja de San Felipe. En dicha superficie se congregaban los habitantes de Madrid para intercambiar noticias, rumores, calumnias, inventos, secretos y opiniones. Es por esta razón por la que se denominó "mentidero" de Madrid. Las gradas de San Felipe fueron también sitio de reunión para reclutar soldados destinados a los Países Bajos Españoles durante la guerra de Flandes. Un día la balconada de la lonja se hundió debido al peso causado por la aglomeración de gente reunida en ella para presenciar la prisión de un réprobo. El accidente causó numerosos muertos y heridos.
De todo un poco. Leyendas, tradiciones e historias curiosas de todas las regiones de España. Unas son verdad y otras no tanto.
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