Llegó a haber diez y ocho de estos establecimientos pero fueron condenados a muerte por la Ley de Costas de 1988 y, uno tras otro, fueron cayendo todos ellos a lo largo de seis años. El último en sucumbir fué “Casa Costa” que podemos apreciar en la foto con la característica estampa del camarero que salía al paseo para invitar a entrar a los presuntos clientes.
Junto con los chiringuitos desaparecieron conocidos establecimientos de baños como El Astillero, San Miguel, Orientales o San Sebastián que con ellos compartían espacio en la playa.
(Foto y texto traducido “La Barcelona desapareguda” de José Mª y Guillermo Huertas)
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