El salto pasiego es un deporte rural tradicional de los pasiegos, en el oriente de Cantabria.
Este deporte constituye un ejemplo de cómo el uso de una habilidad o técnica de trabajo va desapareciendo con el paso del tiempo, dando lugar a la competición y al juego. Esta disciplina es similar en concepción a otro tipo de modalidades como el salto del pastor canario o el salto de canales que usaban en Flandes, y que aún hoy en día se realizan en Frisia.
Los antiguos pasiegos formaban un grupo de ganaderos que habitan en un territorio de relieve abrupto y quebrado que originó el uso del "palancu", o palo pasiego, que les permitía evitar arroyos, muros, o hoyos en el suelo, durante sus movimientos en el monte. El "palancu" en sí es una vara recta de avellano, debido a que este árbol es de madera flexible.
Modalidades
Hay varias modalidades de salto pasiego, que fueron catalogadas en 1946 en el Campo de la Magdalena, que son la siguientes:
Mudando el palo de sitio las veces que el competidor pueda.
Cuando el palo no puede ser separado del suelo y el ejecutante va arrastrándose sobre él.
Cambiando el palo de sitio una sola vez cuando el saltarín está en el aire.
Corrida sobre el palo, en el cual el ejecutante, sostenido sobre aquél en el aire, va dando saltos pequeños, recorriendo grandes distancias de forma inverosímil.
Salto como una pértiga de tipo medio. Es la modalidad más destacada. En ella el saltador tiene que coger carrera hasta llegar a la línea, la cual nunca debe ser pisada. Una vez llegado a la línea clava el palo por delante de la línea y se sostiene sobre el palo para así llegar a dar un último impulso hacia adelante y lograr conseguir la máxima longitud posible.
El récord de dicha modalidad sigue aún vigente desde el año 2001 y fue logrado por el saltador Juan Manuel Fernández Saro, cuya marca se establece en 9,10 metros de longitud.
“Juego de Rayar”, muy practicado en las zonas pasiegas y en el valle de Carriedo. Existen tres modalidades en su realización: con un palo, con dos y sin él. El participante a pies juntos, y apoyado con una mano en el palo, se inclina hacia delante, traza una raya en el suelo con el dedo índice, y se vuelve a levantar. En el caso del rallado con los dos palos, la raya se practica con una ramita que sujetan con la boca, y en el juego sin palo se raya una pared frente a la que se colocan también a pies juntos
De todo un poco. Leyendas, tradiciones e historias curiosas de todas las regiones de España. Unas son verdad y otras no tanto.
Selección
martes, 1 de abril de 2014
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