No sólo iban a proveerse al Born los tenderos, sinó también otra clase de gente, como las órdenes religiosas que así compraban un poco más barato que en los comercios del barrio.
El horario más animado comenzaba hacia las dos de la madrugada y duraba hasta las ocho, cuando sólo quedaba desorden y suciedad y algún retrasado que no había conseguido venderlo todo y rebajaba los precios para no tener que devolver la mercancía al almacén.
Después de su clausura se convirtió en teatro, sala de exposiciones, etc.
Excavaciones posteriores han puesto al descubirto parte del barrio de la Ribera que fué arrasado por Felipe V.
(Texto
resumido de Josep Mª Y Guillem Huertas. Foto
de Xavier Miserachs)
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