El Molino Quemado o Molino de María Aldínez, situado frente a la ermita de San Antonio de la Florida, estuvo bajo el control del Concejo madrileño para asegurar la producción de harina para la población y la Corte. Funcionaba aprovechando la corriente del río Manzanares por medio de un canal. El complejo hidráulico contaba con un caz y socaz que permitía el abastecimiento y el desagüe del agua.
La excavación arqueológica ha documentado la parte del ingenio donde se desarrolla la molienda y, por otro lado, la vivienda del molinero. Éste último contaba con un espacio habitacional y una cuadra. Se han recuperado restos pertenecientes a los últimos momentos de ocupación del molino en el siglo XIX (loza, cerámica con vidrio, metales y vidrios).
La existencia de este tipo de estructuras de producción corrobora la importancia del río Manzanares en la vida económica y social del Madrid moderno y contemporáneo.
(El historiador)
De todo un poco. Leyendas, tradiciones e historias curiosas de todas las regiones de España. Unas son verdad y otras no tanto.
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