sábado, 31 de diciembre de 2016

El Gigante de Garós - Valle de Arán

Las leyendas sobre los gigantes se suceden en varios rincones del Valle de Arán como en Garós, donde vivió el Gigante de Garós, en una cueva próxima a Betlan, un pueblecito cercano. De una estatura cercana a los 3 metros y una fuerza inmensa, luchó contra los invasores Romanos cuando penetraron en los valles. Los Romanos al no saber como hacerle frente, tomaron como rehenes a su mujer y a su hija.
Comandando a los hombres de sus tierras, entró en el campamento romano, arrasándolo y rescatando a su familia y como aviso de quienes eran, mandó cortar una oreja de cada prisionero, para mandarla a Roma. Su dureza y violencia parecía terrible a algunos vecinos, que en realidad, veían en él una amenaza para sus intereses. Por eso, se unieron para acabar con él. Después de una terrible lucha, fue vencido, y al verse atado y humillado, no pudiendo soportar el deshonor, ordenó a su fiel sirviente que lo matase, clavándole un clavo en la nuca. La calavera se conservó mucho tiempo en la Iglesia de Garós. La reliquia, se creía que tenía poder para curar y fortalecer a los niños.
Contemplando las cimas de la impresionantes montañas y pensando en lo dura que debía de ser la vida por esos lugares, no cuesta mucho esfuerzo pensar que pudo haber existido una raza de gigantes, surgida de quién sabe dónde, que habitasen estos parajes hechos casi a su medida. De todas formas, detrás de una leyenda, existen unos hechos reales, que después con el tiempo, se han ido remodelando por la imaginación popular... Preferimos quedarnos con el recuerdo de Mandronius, el gigante bueno, porque así es como es recordado, que amó a una aranesa, con quién tuvo una hija, que los salvó a todos de los opresores Romanos, y que al final, como suele ocurrir, por la ignorancia, incomprensión, el temor y las envidias, halló la muerte a manos de su propia gente...


(Leyendas del Pirineo Catalán)

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