Deseaba Silvela, «la daga florentina», dividir la mayoría, pero, huyendo de proposiciones incidentales, se limitó en su discurso a lanzar una frase cruel contra Cánovas deslizada con intención, pero con aparente calma: —...Es preciso apoyar al Gobierno, es preciso soportarlo...
Vivamente airado. Cánovas se levantó y encarado con Silvela dijo: —Yo no estoy aquí para que me soporte nadie.
Y produjo la crisis total.
Carlos Fisas
No hay comentarios:
Publicar un comentario