Hasta los años 40 del siglo XX era el punto de partida de
las arduas maderadas, miles de pinos recién cortados y descortezados que los
gancheros guiaban río abajo haciendo equilibrios sobre el bosque flotante sin
más herramienta que una vara terminada en un gancho.
El largo viaje hasta Aranjuez, en Madrid, duraba toda la
primavera y algo más, pero lo peor eran los primeros 90 km de aguas bravas y
hoces acantiladas desde Peralejos de las Truchas hasta Ocentejo y el puente de
Valtablado del Río, lo que hoy se conoce como Alto Tajo. Las aventuras y
desventuras de una de esas cuadrillas de gancheros han sido recreadas en clave
literaria por José Luis Sampedro en la novela “El río que nos lleva”.
Además de las ricas truchas que anuncia su nombre.
Recomendamos aprovechar el viaje a Peralejo para degustar
los platos trufados con trufa negra autóctona, especialmente las calderetas de
cabrito.
(Rutas con encanto)
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