Digamos antes de todo lo que eran estos celebérrimos
órganos. En Móstoles, villa situada a cerca de 20 km. de Madrid, había un
cosechero de vino que ganaba el oro y el moro con la venta al por menor del
rico producto de sus viñedos, que ocupaban todo el terreno que se extiende
entre Móstoles y el río Guadarrama .
La plaza del Pradillo de Móstoles es una plaza con una
pendiente bastante acusada, y nuestro
cosechero tenía en la manzana de la parte alta su bodega, y en la manzana de la
parte baja el despacho de vino. Este despacho consistía en un gran salón lleno
de bancos y mesas, y el vino de la bodega se trasladaba a él por una serie de
tubos, que pasaban por debajo de la plaza y remataban en el despacho, semejando
la trompetería de un órgano de iglesia. Los precios y las calidades de los
vinos eran tantos cuantos tubos tenía el órgano, de lo cual se colige que,
aunque el órgano no fuese de catedral, los bebedores tenían donde elegir.
De todo un poco. Leyendas, tradiciones e historias curiosas de todas las regiones de España. Unas son verdad y otras no tanto.
Selección
martes, 9 de septiembre de 2014
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