Guerra y Paz
A continuación, todos juntos, se dirigen hacia el centro
del pueblo, donde cada uno interpretará de nuevo su papel. Al final aparecerá
el «oso» que es, junto con los «zarramacos», el eje central de la fiesta. Va
dando zarpazos y revolviéndose contra el domador que le lleva sujeto e impide
que se lance sobre los espectadores. La fiesta termina precisamente con su
muerte.
Silio es el único lugar de Cantabria que conserva este
antiguo rito de «la Vijanera» que hasta entrado el siglo XX se celebraba
todavía en todos los valles cercanos. Cada pueblo tenía la suya propia y se
encontraban en el límite de ellos, en lo que aún sigue denominándose la «raya».
Entonces uno de los grupos preguntaba: «¿Queréis paz o queréis guerra?». Y si
durante el año había habido algún problema, casi siempre por cuestión de tierras,
el asunto solía terminar en fuertes enfrentamientos. Pero lo más corriente era
que se unieran los personajes de ambas «vijaneras» y finalizaran el recorrido
juntos. Para algunos investigadores la palabra «vijanera» proviene de
«viejanera», o vieja de enero, y simbolizaba el paso de un año a otro. Por eso,
alguno de los personajes representan un parto, con la aparición de un niño de
trapo entre las ropas, o el cabalgar de un joven sobre una vieja. «La vijanera»
de Silio es lo único que queda de aquellos antiguos rituales convertido ahora
en fiesta.
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