El periodista Haro Vallejo, que años después de revelar esta historia fue condenado por plagio, afirmaba lo siguiente: "Un panadero encontró al moribundo poeta tras ser fusilado en la cuneta con tres disparos, dos en el cuerpo y uno en la cabeza. Lo llevó malherido al convento de San Bartolomé, donde se recuperó, aunque su mente quedó completamente inútil".
Vallejo agregaba que, rebautizado por las monjas como Manolo, Lorca vivió con ellas hasta su muerte, en 1954. El panadero sólo se dio cuenta de a quién había socorrido cuando en 1976 vio al poeta en una filmación del nodo. Un foto supuestamente auténtica de Haro Vallejo y las monjas junto a una persona muy parecida a Lorca, era para él, la prueba definitiva de la autenticidad de la historia.
(Ideal)
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