La intención de destacar el papel simbólico del Ayuntamiento es clara en su composición general y solución arquitectónica, que corresponde tipológicamente a un marcado formalismo clasicista: primer cuerpo de soportales con cinco arcos carpanel de gruesos pilares cuya traza se continúa en la parte superior con pilastras gigantes; entre ellas destacan los grandes ventanales bajo frontones y el significativo balcón central; como remate y no falta el característico campanil decimonónico que constituye un importente elemento vertical en el conjunto de la fachada.
El espacio representativo está abierto por su lado de levante a la ladera arbolada que se ha cortado en este tramo para construir un muro de sostenimiento en forma de tímida exedra. En su centro se colocó un monumento al poeta local del bable, Teodoro Cuesta, que ha sido trasladado y sustituido, con criterio equivocado, por un reducido espacio de estacionamiento. La edificación complementaria es de escasa entidad volumétrica y corresponde a modelos característicos de los años próximos al 1900.
El espacio ajardinado posee, en cambio, edificios de construcción reciente y altura mayor, excepto en una amplia parcela de su lado sur que permanece sin edificar y se utiliza como área de juego. El trazado del jardín central obedece a una rigidez geométrica con caminos que convergen en el punto central donde se ha colocado una farola de fundición con banco circular como base. El conjunto está bien dotado de bancos, con abundante y denso arbolado.
(La plaza en la ciudad)
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