peninsular son inigualables. Cuando los conquistadores cristianos entraron en
contacto con el Islam, quedaron rápidamente prendados y comenzaron a surgir las
más diversa historias, como la de este tesoro.
Dicen que poco antes de que la ciudad fuera tomada por las tropas cristianas, un
sultán escondió en el Parque Natural de Cabo de Gata un magnífico tesoro con el fin
de que no le fuera arrebatado y poder levantar de nuevo un ejército con él. Al parecer,
el lugar escogido fue una cueva submarina cerca del promontorio de la Vela Blanca,
pero nunca llegó a saberse, pues el sultán murió sin haber revelado el paradero de
dicho tesoro.
Cuentan, además, que el tesoro estaba guardado por las sirenas del llamado Arrecife
de las Sirenas, conocido así por la gran colonia de focas monje que un día habitó la
zona.
(Siglo XXI)
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