Uno de los lugares en plena naturaleza más bonitos que esconde la provincia de Cuenca es La Balsa de Valdemoro. Ubicada en Valdemoro de la Sierra, se trata de un remanso de agua convertido en pequeñas cascadas y pozas.
Por la belleza de su paisaje, entre otros, la consideramos una gran opción de plan familiar en cualquier época del año.
Llegaremos a la localidad conquense de Valdemoro de la Sierra. Allí veremos un cartel de madera en forma de flecha que nos indicará la dirección a La Balsa. Tomaremos el camino hasta la zona de los riachuelos y aparcaremos donde podamos sin molestar.
Una época del año muy bonita para visitar la zona es cuando llueve en abundancia. Veremos las cascadas con mucha más agua y el paisaje se antoja sencillamente espectacular.
Cuando hay mucha agua, toda la zona se encharca. Para poder verla y acercarnos a las cascadas tendremos que pasar entre los charcos. Para ello, será imprescindible llevar botas de agua y calzado y calcetines de repuesto para no volver a casa con los pies húmedos.
En invierno, si ha hecho mucho frío, el agua puede llegar a helarse. Merece la pena porque se crea un paisaje mágico. Si vamos en esta época del año, recordar abrigarnos bien para no congelarnos.
En alguna de las pozas de alrededor de La Balsa podremos bañarnos. Si tenemos intención de hacerlo, no podremos olvidarnos de coger ropa de baño. Lo más importante, toalla, los bañador, escarpines o cangrejeras (para evitar resbalar o hacernos daño con las rocas), crema de sol y ropa de repuesto.
El agua está muy fría, así que tendremos que andar precavidos; saber que estamos en plena naturaleza. Ser conscientes en todo momento de la profundidad del agua y de que las rocas pueden dañarnos es de vital importancia.
Si vamos a pasar el día en la zona de La Balsa, debemos llevar agua potable y comida. Se puede comer en la zona, siempre y cuando seamos respetuosos con el medio ambiente y recojamos todo antes de irnos. Por supuesto, recordar que queda terminantemente prohibido hacer fuego en la zona y alrededores.
¿Desde dónde se pueden ver las cascadas?
Una ventaja que tiene La Balsa es que se puede apreciar su paisaje desde diferentes perspectivas. Tanto desde abajo como desde arriba, pasando por el punto medio: el puente del Guadazón.
Es muy bonito ver las cascadas desde abajo. Ver cómo el agua brota con fuerza entre las piedras, resbala por las rocas y cae con elegancia. La sensación de superioridad de la naturaleza dominante sobre el ser humano impotente, sumiso, incapaz.
Pero también podremos deleitarnos con el paisaje desde una altura media-alta, gracias al puente sobre el Guadazaón. Este río alimenta su caudal con las aguas del manantial de las cascadas y ofrece una vista frontal muy bonita dentro de un encuadre bastante más realista y proporcional.
Tampoco debemos perder la oportunidad de subir siempre con cuidado hasta el pico de la montaña y admirar el espectáculo con perspectiva aérea. Aunque, todo hay que decirlo, la subida es un poco empinada y deberemos ayudar a los niños a subir sin dañarse. Pero las vistas merecen la pena.
Uno de los puntos fuertes de este lugar es que no es muy conocido y no está masificado y lleno de turistas. Ello nos permite disfrutar de las vistas y del entorno, acompañados únicamente de la tranquilidad de la naturaleza y del sonido del agua. No podéis olvidar de la cámara de fotos.
Sapos y Princesas
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