El mismísimo Miguel de Cervantes contó la historia de Leonor Rodríguez, una de las brujas ajusticiadas en este pueblo de Córdoba, en su libro El Coloquio de los perros. Era la más famosa de Las Camachas, el sobrenombre con el que se conocía al grupo de cinco brujas condenadas por el tribunal de la Inquisición de Córdoba en el siglo XVI.
Leonor se había formado para su labor e incluso había viajado a Granada para aprender de otra hechicera. En su pueblo impartía clases particulares a las que querían iniciarse en el oficio y gracias a ellas tenía una especie de pequeña empresa, ya que algunos de los encargos de sus clientes los derivaba a sus socias. Pero la orden de los Jesuítas la denunció ante las autoridades y 22 vecinos del pueblo declararon como testigos del caso confirmando su condición de bruja.
Junto a ella se juzgó a otras cuatro brujas, que pertenecían a su clan.
Fue condenada a recibir cien azotes mientras circulaba subida en un burro por Córdoba y después por su propio pueblo, del que fue desterrada durante diez años. Además, le impusieron una multa de 56.250 maravedís, una suma más que considerable para la época. Volvió al pueblo cuando terminó su condena.
Los interesados en la historia de este grupo de hechiceras, se pueden encontrar la casa en la que se supone que vivían paseando por las calles del pueblo. Montilla también es conocido por la calidad de sus vinos, el aceite de oliva y una pastelería llamada Manuel Aguilar, a la que cada año la Casa Real hace un pedido de sus excelentes dulces.
José Manuel
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