El
mercado se sitúa en torno a la Ribera de Curtidores, una cuesta
pronunciada a lo largo de la cual se extienden cientos de puestos con
los objetos más variopintos a la venta, desde pela-patatas hasta
muebles, películas, ropa usada o enchufes.
Un
origen peculiar.
La denominación del mercadillo proviene de que antiguamente la zona que ocupa El Rastro era el lugar en el que se situaban las curtidurías, muy cerca del matadero. Durante el traslado de las reses hasta las curtidurías se dejaba un rastro de sangre que fue el que dio origen al nombre del famoso mercadillo.
La denominación del mercadillo proviene de que antiguamente la zona que ocupa El Rastro era el lugar en el que se situaban las curtidurías, muy cerca del matadero. Durante el traslado de las reses hasta las curtidurías se dejaba un rastro de sangre que fue el que dio origen al nombre del famoso mercadillo.
Zonas
especializadas
Algunas
de las calles aledañas a la Ribera de Curtidores se dedican a la
venta de algunos productos especializados. Estas son algunas de las
más interesantes:Calle Fray Ceferino González: Conocida como la calle de los pájaros, antiguamente se dedicaba a la venta ambulante de animales. Hoy sólo quedan algunas tiendas especializadas.
Calle de San Cayetano: También conocida como la calle de los pintores, acoge diferentes locales en los que se pueden comprar algunos cuadros además de los materiales para pintar.
Calle de Rodas, Plaza del General Vara del Rey y Plaza de Campillo del Mundo Nuevo: Zonas especializadas en la compra-venta de revistas, cromos y juegos de cartas.
Calle del Carnero y Calle de Carlos Arniches: Calles especializadas en la venta de libros antiguos.
Para
disfrutar de un día agradable, pero con precaución. A
pesar de las aglomeraciones que se forman en algunas zonas, resulta
agradable pasar una soleada mañana de domingo recorriendo los
puestos del rastro para terminar tomando unas tapas en los bares de
la zona.
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