El
1438 se concede a Barcelona el privilegio real para iniciar la
construcción de un puerto, del cual se colocó la primera piedra el
1474.
La
muralla de la ciudad experimentaría prontamente las consecuencias de
la construcción del nuevo puerto. Éste, al obstaculizar la
aportación de sedimentos, propició la rápida erosión del pie de
la muralla que se derrumbaría al cabo de poco tiempo, quedando
desprotegido otra vez el litoral.
Fue el emperador Carlos V quién
ordenó la construcción de una nueva muralla para el frente
marítimo, la llamada Muralla de Mar. El nuevo circuito se emprendió
como una necesidad estrictamente militar ante la peligrosa situación
motivada por la amenaza turca y los piratas berberiscos. Las obras se
habrían empezado el 1527 con evidentes divergencias entre el
emperador y el gobierno municipal.
Las
nuevas defensas se convertirán en un amplio paso elevado sobre un
terraplén por donde puedan circular rápidamente las tropas y
artillería a la vez que en un espacio público destacado, de paseo y
diversión.
En
el siglo XIX, poco antes de su derribo, era un lugar de paseo para
los barceloneses que desde allí podían contemplar el mar. Su
demolición comenzó en Abril de 1878 para abrir paso al moderno
Paseo de Colón.
De todo un poco. Leyendas, tradiciones e historias curiosas de todas las regiones de España. Unas son verdad y otras no tanto.
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