En los ventorros y huertas de la ribera, donde se vendía vino, ocurrían con frecuencia desgracias, por el abuso de la bebida, durante el siglo pasado, y en 1750 se dio un Real decreto mandando cerrar los establecimientos referidos, que aparecen abiertos otra vez á los pocos años.
Cuéntase que en una de las crecidas del Manzanares arrebató la corriente varias cubas, una llena de vino, a un industrial de la ribera y el pobre hombre iba gritando desaforadamente: ¡Una va llena! Tergiversaron algunos chuscos la frase, traduciendo ¡Una ballena! y la gente se apresuró a bajar al río, aguijoneada por la curiosidad de ver el cetáceo. El desencanto fue grande, y la burla de los que se enteraron de la broma hubo de durar largo tiempo.
De todo un poco. Leyendas, tradiciones e historias curiosas de todas las regiones de España. Unas son verdad y otras no tanto.
Selección
lunes, 16 de marzo de 2015
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