Hasta no hace muchos años la fiesta de San Vicente terminaba el día 24 con el Día de la Tizne.
El día 24 de Enero, “Día de la Paz” salían los mozos a tiznar a las mozas y a dar el mazaculillo y el nabo a los forasteros. El mazaculillo consistía en dar con la rodilla en el culo del otro. Y el del nabo era parecido pero con un madero en forma de rollo.
Dicen los estudiosos de costumbres antiguas que estas puede que sean ancestrales y que provengan de los ritos de antiguos pastores imitando a los carneros cuando embisten.
“Hay todavía lugares en que varios hombres jóvenes ataviados con un disfraz compuesto por pieles o zaleas de carneros u ovejas, van dando saltos y carreras, asustando, pintando e impregnando del olor que desprenden las pieles curtidas a todo aquél que encuentran a su paso, y embisten, empujan, agarran, derriban y topan con sus cuernos a quien no corre lo suficiente.”
“Un significado simbólico en el ritual del fuego y las creencias populares de las fiestas de invierno se atribuye a la renovación/purificación que se supone produce el fuego, con las hogueras, fogatas y luminarias. Las ceremonias invernales que tienen como protagonista el fuego y sus derivados como tiznarse representan el reemplazo de la vida natural –comienza a dejarse atrás el crudo invierno y se atisban los primeros síntomas de renovación de la naturaleza.”
El día 24 de Enero, “Día de la Paz” salían los mozos a tiznar a las mozas y a dar el mazaculillo y el nabo a los forasteros. El mazaculillo consistía en dar con la rodilla en el culo del otro. Y el del nabo era parecido pero con un madero en forma de rollo.
Dicen los estudiosos de costumbres antiguas que estas puede que sean ancestrales y que provengan de los ritos de antiguos pastores imitando a los carneros cuando embisten.
“Hay todavía lugares en que varios hombres jóvenes ataviados con un disfraz compuesto por pieles o zaleas de carneros u ovejas, van dando saltos y carreras, asustando, pintando e impregnando del olor que desprenden las pieles curtidas a todo aquél que encuentran a su paso, y embisten, empujan, agarran, derriban y topan con sus cuernos a quien no corre lo suficiente.”
“Un significado simbólico en el ritual del fuego y las creencias populares de las fiestas de invierno se atribuye a la renovación/purificación que se supone produce el fuego, con las hogueras, fogatas y luminarias. Las ceremonias invernales que tienen como protagonista el fuego y sus derivados como tiznarse representan el reemplazo de la vida natural –comienza a dejarse atrás el crudo invierno y se atisban los primeros síntomas de renovación de la naturaleza.”
(Caminando por Paredes de Escalona )
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