El río Gato discurre por Cartelle por un estrecho y profundo cañón antes de su confluencia con el río Arnoia. En todo su recorrido podremos ver varias muestras de molinos de agua dispuestos sobre su orilla. Pero hay un lugar que nos llamará la atención sobre manera. A este lugar se accede por la senda del Río Gato y tan solo es accesible a pie. Después de atravesar el estrecho sendero conocido como “Mal Paso”, descenderemos hasta la orilla del Gato. En esta bajada ya podremos apreciar numerosos “socalcos” abandonados y sin uso, fruto de una gran actividad antaño en las plantaciones de vino y maíz.
Debemos tener en cuenta que este lugar está completamente apartado de la civilización y su acceso es muy difícil y dificultoso por lo que debemos pensar que este rincón pertenecía oculto a los ojos de algunos. Uno de los motivos de este “ocultamiento” era la ruta de contrabandistas que por este punto pasaba y que se dirigía a Portugal. Es probable que los usuarios de estos molinos tuvieran casi todo lo necesario para pasar largas temporadas en este lugar y así permanecer sin ser vistos.
En el río veremos dos molinos llamados de Hermenegildo y Dos Herdeiros. Junto a los molinos existe una gran piedra que cruza el río y que era utilizada para el paso hacia O Montouto.
Unos metros más arriba podremos deleitarnos con la Fervenza del Río Gato que cuando el río lleva agua se convierte en un buen espectáculo.
(Galicia Máxica)
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