Es seguramente una de las fiestas más antiguas del Estado. Nadie puede afirmar con rotundidad el pasado de esta fiesta. Hay dos teorías. Una basada en la leyenda de la batalla de Clavijo (año 844), donde el rey Ramiro I de Asturias, ayudado por Santiago Apóstol, vence a los musulmanes, libera esa plaza y acaba con el tributo de la 100 doncellas que todos los años había que entregar para el harén de los emires árabes. La otra podría remontarse otros mil años atrás, cuando en estas tierras eran habitadas por tribus celtibéricas y estas Móndidas fuesen sacerdotisas que hacían ofrenda de flores y frutos a los dioses, con la romanización la entrega se haría a la diosa Ceres (diosa de la agricultura, las cosechas y la fecundidad).
Parece ser que era una fiesta que se celebraba en muchos de los pueblos que componían la ex comunidad de Villa y Tierra de San Pedro Manrique. Como curiosidad, y para tener en cuenta en posteriores estudios, diremos que en todos los pueblos donde se celebraba dicha fiesta se conmemoraba el día de la Trinidad (última luna llena de la primavera), excepto en la Villa (San Pedro Manrique) que se celebra el día de San Juan.
En la actualidad solo quedan cuatro pueblos donde se sigue con la tradición. San Pedro, Matasejún, La Ventosa Y Sarnago. Estos tres últimos pueblos ya no la celebran en su antigua fecha (la Trinidad) y por razones de asistencia de público se han trasladado a las fiestas del verano. Matasejún el 16 de agosto, La Ventosa 15 de agosto y nosotros el domingo más próximo a San Bartolomé (24 de Agosto). No descartamos, en un futuro, volver a celebrarla en su antigua fecha.
Las vestimentas de las mozas son muy parecidas en los diferentes pueblos (alguna con más boato y más adornos y otras más sencillas). Pero lo que de verdad distingue a unas de otras es el cestaño que portan en las cabezas, es ahí donde cada una conserva su idiosincrasia. Hay una cosa común a todas ellas, tienen que portar pan azafranado (en modo de hogaza, recubriendo los urbujuelos u otra apariencia).
Fue en el verano de 1982 cuando, después de varios años sin celebraciones, y con una gran ilusión, la plaza de Sarnago volvió a vestirse de gala para escuchar las «cuartetas» de sus Móndidas. Las calles parecían otras, al ver pasar las «Mozas Móndidas» y el» Mozo del Ramo» (con su correspondiente ramo, adornado con pañuelos, flores y roscos).
Después de 16 años sin celebraciones, por fin el año de 2009 pudimos recuperar esta fiesta tan entrañable y tan nuestra. Las emociones salieron a flor de piel y vimos alguna lágrima. No podemos perder una fiesta con tanta historia y antigüedad como esta, es algo que está en nuestras raíces y en nuestra cultura y que ha sido transmitida de generación en generación por nuestros antepasados hasta nuestros días.
Sarnago.com
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