De entre todos los caballos -robles-, hay uno que destaca ante todos por su carácter sagrado, el cual se ha cristianizado con una cruz incisa, además de encontrarse ante una pila de piedra. Como ocurre en tantos enclaves gallegos, los rituales paganos, bajo el tinte de la cruz, se siguen celebrando a día de hoy; así, hay que dar nueve vueltas al roble y rezar un padrenuestro, además de persignarse cada vez que se da un vuelta al carballo, por lo que se pide en cada una de esas vueltas un deseo o una gracia o se agradecen los deseos cumplidos y pedidos previamente. En el mismo paraje se encuentra la Fonte das Pías a la que se atribuyen propiedades curativas, con lo que, como hemos indicado al principio, concurren tres elementos sagrados desde tiempos inmemoriales: el árbol, la piedra y el agua. Galicia es una "cantera" inagotable de lugares en los que se conjugan todo este tipo de elementos cultuales.
Iberia mágica
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