Prodigiosa vida la de Juana María de los Dolores de León Smith (1798-1872), nacida en Badajoz, en el seno de una familia noble (era bisnieta del conquistador Juan Ponce de León), y que acabaría dando nombre a varias ciudades en las actuales Sudáfrica y Canadá.
En el cuarto y sangriento ataque que sufrió su ciudad natal por parte de los británicos y portugueses durante la guerra de la Independencia, en 1812, contra las tropas de Napoleón, De León se quedó huérfana y buscó la protección de un oficial de los invasores, el brigada mayor Harry Smith, quien se casó con ella a los pocos días, en el mismo campamento.
Lo insólito fue su luna de miel, manchada de pólvora y sangre: en vez de marcharse a casa de su nueva familia, decidió acompañar a su marido en el frente de batalla, sufriendo las mismas privaciones y durmiendo en tiendas de campaña, lo que le granjeó la simpatía de las tropas –y, en especial, la del duque de Wellington–, que la llamaban Juanita.
No solo lo hizo en la campaña española, sino que acompañó a su marido en casi todos sus destinos bélicos –entre ellos, Waterloo– o diplomáticos. Harry Smith, primer barón de Aliwal, fue agregado militar y posteriormente gobernador y comandante en jefe de la Colonia del Cabo. Los años de residencia de Juana de León en la zona dejaron bautizada una ciudad, bañada por el río Klip, en la ruta del oro y los diamantes: Ladysmith, actualmente con 225.000 habitantes –y en la que años después debutaría como periodista un joven Winston Churchill, enviado a la guerra de los bóers– así como la Ladysmith de la Columbia británica, en el actual Canadá, bautizada así en honor del asedio de la sudafricana. Otros lugares donde vivieron los Smith fueron París o India.
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