Hoy, la mayor atracción del conjunto se halla en sus fábricas religiosas. Por una parte, la iglesia parroquial en posición exenta —aunque comprimida en los laterales y cabecera, que pudo tener adosados viejos edificios - produce una serie de subespacios con grandes variaciones de nivel. Ante su fachada se abre el atrio que, en posición elevada respecto al lateral norte, está resuelto horizontalmente con la típica solución galaica de superficies graníticas, remates de bolas y crucero, rompiendo cualquier impresión de continuidad respecto al conjunto. Sus áreas inmediatas reciben tratamientos diferentes, con un trazado forzado para facilitar la circulación rodada alrededor de la Iglesia, y un escalonamiento complicado de los enlaces peatonales. A su vez, la casa de los franciscanos, donde reposan desde el siglo XIV los restos de aquel Andrade "o Boo", cierra el conjunto espacial hacia el ángulo septentrional de la plaza proporcionandole le bella organización volumétrica de su iglesia ante la que se acotó un pequeño compás de tránsito a la ancha rúa Travesa.
Frente a ambas fábricas religiosas se despliegan las casas de vivienda en dos alineaciones perpendiculares que dan forma, con el edificio del mercado, a un espacio de dominio laico. Su recinto, antes de la construcción de aquél, posiblemente se extendería por el lateral de la parroquia para dar mayor cabida a la antigua actividad de azogue y amortiguar la sensación de intranquilidad espacial que hoy tiene el conjunto.
Frente a ambas fábricas religiosas se despliegan las casas de vivienda en dos alineaciones perpendiculares que dan forma, con el edificio del mercado, a un espacio de dominio laico. Su recinto, antes de la construcción de aquél, posiblemente se extendería por el lateral de la parroquia para dar mayor cabida a la antigua actividad de azogue y amortiguar la sensación de intranquilidad espacial que hoy tiene el conjunto.
(La plaza en la ciudad)
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