Los elementos más antiguos que configuran este recinto son la iglesia de Santiago, el palacio de Bendaña y los restos dd soportal situado más al oeste. El edificio religioso es el principal protagonista no tan sólo por su más importante volumen, por sus propias características arquitectónicas y por ser generador de los espacios de su contorno inmediato— compás de los pies y atrio elevado de poniente —, sinó porque las torres de los extremos de la fachada que se abren a la plaza emergen como hitos orientadores de la composición espacial del conjunto de la villa.
Por otra parte, el Ayuntamiento, que ocupa exactamente el punto donde culminan las dos pendientes del eje principal del casco antiguo y es foco perspectivo del tramo que asciende desde la desaparecida puerta de la Villa, tiene un importante papel por su situación en esquina y el singular diseño de Ventura Rodríguez (1778).
A su vez, contrastando con la variabilidad de las demás fachadas, el tramo más largo de la alineaciación norte tiene la gran regularidad que le dan sus frentes de anchos y uniformes alzados con balcones volados en la planta primera y galerías de madera en las más altas. Los soportales que avanzan en este lado y los del palacio Bendaña, juntamente con el ajardinamiento central de la zona de menor pendiente, subrayan los limites de este espacio bifurcador que se prolonga de a partir de ellos en un suave acuerdo con la calle descendente.
Como apéndice de este ámbito principal, estableciendo la diferencia de significación cívica y religiosa de ambos, se extiende a los pies de la iglesia un diminuto compás que delimitan lateralmente las conexiones escalonadas con las calles de Santiago y de la Torre y el muro de cierre del atrio abierto al mediodía; el palacio de Lanzós y la portada gótica —profusamente ornamentada - con un característico enlosado de granito revalorizan el espacio en el que el monumento a los caídos estorba claramente.
(La plaza en la ciudad)
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