Venga a Melilla y descubra su patrimonio modernista. ¿Sabe que, después de Barcelona, es la segunda ciudad de España con mayor número de edificios modernistas y “art decó”, con más de 900 monumentos? Su arquitectura es uno de los muchos encantos que le ofrece este enclave de España en África.
Mestizaje y fusión de culturas. Exotismo, contrastes y diversidad. Así es Melilla, una ciudad, bañada por el mar Mediterráneo, que mira a dos continentes. Recorra sus calles, llenas de fachadas modernistas: este estilo arquitectónico revolucionó la urbe en el siglo XX. Lo comprobará al pasear por el Ensanche, el espacio urbano que se trazó fuera de las murallas de la antigua Ciudadela. Se trata del escenario en el que multitud de arquitectos dieron rienda suelta a su creatividad, creando un conjunto monumental que le fascinará por su riqueza y variedad.
El modernismo llegó a esta ciudad en 1909, de la mano del arquitecto catalán Enrique Nieto, discípulo del genial Antoni Gaudí. El movimiento arraigó de tal manera que, en pocas décadas, se levantaron hasta 900 edificios. Durante el recorrido verá cómo las rejas, los adornos florales, las curvas y formas cóncavas, los rostros de mujer y las siluetas de animales llenan las fachadas de casas, palacios, edificios oficiales, cines, comercios… todo un museo arquitectónico al aire libre.
Art-decó, clasicismo, eclecticismo… son tantos los edificios modernistas repartidos por Melilla que es imposible agruparlos en un listado. Lo mejor es que acuda a la oficina de turismo, donde le ayudarán a confeccionar el itinerario. Le sugerimos un buen punto de partida para empezar el recorrido: la plaza de España para, a partir de aquí, acercarse hasta las manzanas que forman el “Triángulo de Oro”, que es la zona donde se encuentran los mejores ejemplos del Ensanche modernista. Tampoco se pierda el Palacio de la Asamblea y el Monumental Cinema Sport, dos grandes obras art-decó. Este “boom” arquitectónico se reflejó incluso en construcciones de diferentes religiones de Melilla: la sinagoga Or Zoruah, la Mezquita Central y varias iglesias católicas.
Así, entre elegantes y señoriales edificios, descubrirá el encanto de esta ciudad única, azul y soleada durante casi todo el año, que seguro le asombrara
Mestizaje y fusión de culturas. Exotismo, contrastes y diversidad. Así es Melilla, una ciudad, bañada por el mar Mediterráneo, que mira a dos continentes. Recorra sus calles, llenas de fachadas modernistas: este estilo arquitectónico revolucionó la urbe en el siglo XX. Lo comprobará al pasear por el Ensanche, el espacio urbano que se trazó fuera de las murallas de la antigua Ciudadela. Se trata del escenario en el que multitud de arquitectos dieron rienda suelta a su creatividad, creando un conjunto monumental que le fascinará por su riqueza y variedad.
El modernismo llegó a esta ciudad en 1909, de la mano del arquitecto catalán Enrique Nieto, discípulo del genial Antoni Gaudí. El movimiento arraigó de tal manera que, en pocas décadas, se levantaron hasta 900 edificios. Durante el recorrido verá cómo las rejas, los adornos florales, las curvas y formas cóncavas, los rostros de mujer y las siluetas de animales llenan las fachadas de casas, palacios, edificios oficiales, cines, comercios… todo un museo arquitectónico al aire libre.
Art-decó, clasicismo, eclecticismo… son tantos los edificios modernistas repartidos por Melilla que es imposible agruparlos en un listado. Lo mejor es que acuda a la oficina de turismo, donde le ayudarán a confeccionar el itinerario. Le sugerimos un buen punto de partida para empezar el recorrido: la plaza de España para, a partir de aquí, acercarse hasta las manzanas que forman el “Triángulo de Oro”, que es la zona donde se encuentran los mejores ejemplos del Ensanche modernista. Tampoco se pierda el Palacio de la Asamblea y el Monumental Cinema Sport, dos grandes obras art-decó. Este “boom” arquitectónico se reflejó incluso en construcciones de diferentes religiones de Melilla: la sinagoga Or Zoruah, la Mezquita Central y varias iglesias católicas.
Así, entre elegantes y señoriales edificios, descubrirá el encanto de esta ciudad única, azul y soleada durante casi todo el año, que seguro le asombrara
(Turismo de España)
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