En la construcción de El Escorial intervinieron tres arquitectos. El último fue Juan de Herrera. La cripta que está bajo el panteón de los reyes tiene el techo plano, construido en tal forma que Felipe II, la primera vez que lo vio, llamó al arquitecto y le dijo:
—Para evitar que este techo se derrumbe habrá de poner una columna en medio.
—Está calculado para sostenerse sin columna, majestad.
—¡Imposible! Os digo que os veréis obligado a ponerla.
Terminada la construcción, Felipe II vio que el techo estaba sostenido por una columna. Y dijo al arquitecto:
—Tuve razón al deciros que haría falta una columna.
—Sí, majestad.
Y Herrera, al decir esto, se acercó a la columna y la apartó de un puntapié. Era de cartón y no sostenía nada.
—Para evitar que este techo se derrumbe habrá de poner una columna en medio.
—Está calculado para sostenerse sin columna, majestad.
—¡Imposible! Os digo que os veréis obligado a ponerla.
Terminada la construcción, Felipe II vio que el techo estaba sostenido por una columna. Y dijo al arquitecto:
—Tuve razón al deciros que haría falta una columna.
—Sí, majestad.
Y Herrera, al decir esto, se acercó a la columna y la apartó de un puntapié. Era de cartón y no sostenía nada.
(Carlos Fisas)
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