A la espalda del Ayuntamiento se encuentra el mercado de la Esperanza, una de las plazas de abastos más grandes de toda Cantabria. El edificio fue diseñado por los arquitectos Eduardo Reynals y Juan Moya y fue declarado monumento histórico-artístico en el año 1977.
Aunque se vende de todo (fiambres, carnes, verduras, conservas…), el verdadero espectáculo visual y fotográfico está en los puestos de pescado, que ocupan toda la planta baja: todo lo que sale del Cantábrico lo puedes encontrar aquí.
En la parte exterior, en la anexa plaza de la Esperanza, los toldos azules entrelazados de los comerciantes forman una de las estampas más costumbristas del centro de Santander.
Aunque se vende de todo (fiambres, carnes, verduras, conservas…), el verdadero espectáculo visual y fotográfico está en los puestos de pescado, que ocupan toda la planta baja: todo lo que sale del Cantábrico lo puedes encontrar aquí.
En la parte exterior, en la anexa plaza de la Esperanza, los toldos azules entrelazados de los comerciantes forman una de las estampas más costumbristas del centro de Santander.
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