Pueblo en las estribaciones del Pirineo, a 77 km de Girona y 24 km de Ripoll, que a principios del XX se puso de moda entre la clase alta barcelonesa debido a que se recomendaban sus aires para mejorar la salud. Después, por los años sesenta y setenta, sería elegido por un gran número de barceloneses para montar su segunda residencia. De esa primera época conserva algunos palacetes muy bonitos, especialmente en el Paseo Maristany, pero la postal más conocida del pueblo es la proporcionada por su puente sobre el río Ter.
Historia
El pueblo debe su origen al monasterio benedictino de Sant Pere, a pesar de que su nombre deriva del latín Campus Rotundis (Campo Redondo).
Debido a su situación fronteriza, el pueblo siempre anduvo en jaque entre unas potencias y otras, hasta el punto que durante los enfrenamientos carlistas, en el Ayuntamiento había un cartel donde por un lado estaba el escudo constitucional y por otro el símbolo carlista, para poder cambiarlo según vinieran los de un bando u otro.
(Pueblos escogidos)
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