Personaje estrechamente vinculado al monasterio de Sant Joan de les Abadeses, y a toda esta comarca en general. Aunque la leyenda no es más que el fruto de una refundición de mitos y lugares comunes que en este caso adaptan su escenario a diversos parajes de la comarca, el final del conde siempre es el mismo: su figura vaga errante por los montes en pago de sus actos.
Respecto al convento se dice que accedía a él, para tener trato carnal con las novicias y monjas, a través de un túnel de 10 kilómetros que le unía con sus posesiones. Al cambiar de abadesa, la nueva ordenó tapiar todos los accesos para impedir su paso, pero el conde merced a sus poderes demoníacos siempre conseguía romper el cerco. El pago a su falta llegó cuando realmente se enamoró de una joven que asustada ante su fama de mujeriego lo rechazó y optó por ingresar en el convento. Superadas, una vez más, las barreras que se interponían en su camino, llegó hasta su amada a quien descubrió muerta. Entonces, la novicia abriendo los ojos recriminó al conde su conducta y éste buscó refugio en los montes de Mogrony, por donde aún vaga su alma en pena montado a caballo y perseguido por una jauría de perros.
(Pueblos escogidos)
De todo un poco. Leyendas, tradiciones e historias curiosas de todas las regiones de España. Unas son verdad y otras no tanto.
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