Magec era el nombre que recibía el Sol por parte de las poblaciones aborígenes de las islas de Tenerife y Gran Canaria −Canarias, España−, poseyendo carácter de deidad en la mitología guanche.
El término ha sido traducido literalmente por 'la/lo que posee resplandor, brillante' desde una posible forma original m-aγeq.
Los aborígenes de todas las islas adoraban a los astros, siendo el Sol uno de los principales elementos de su cosmogonía. Sentían una gran devoción por él y era a quien invocaban en sus juramentos sagrados. Por su parte, los antiguos habitantes de Gran Canaria creían que las almas de los seres humanos eran «hijas de Magec», mientras que para algunos investigadores el término mago con el se conocía despectivamente a los agricultores tinerfeños proviene del culto que estos le rendían al Sol a fin de obtener buenas cosechas.
Se desconoce con seguridad el género del nombre así como el de la propia deidad, si bien según la antigua mitología bereber el Sol se percibía como una entidad femenina. A pesar de esto, tradicionalmente se ha considerado a Magec como una divinidad masculina.
(Wikipedia)
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