Con aspecto morisco, semeja desde lejos un navío. Una única puerta da entrada a este pueblo-castillo completamente amurallado que domina parte de la comarca de la Segarra. Aun en verano siempre hace fresquito, debido a la «marinada» (el viento de la costa). Numerosos turistas suben hasta aquí para ver la fortaleza. Pasada la puerta de entrada, que es a la vez mirador sobre campos de cereales, hay una corta calleja que comunica con una pequeña plaza y varias calles, algunas de las cuales están cubiertas por arcos. En un extremo queda la iglesia de Sant Pere cuyo ábside es una torre redonda. Sobre las puertas letreros de «se vende miel».
(ABC Viajar)
De todo un poco. Leyendas, tradiciones e historias curiosas de todas las regiones de España. Unas son verdad y otras no tanto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario