El Parque Natural del Alto Tajo es un parque natural español situado entre el sureste de la provincia de Guadalajara y el nordeste de la de Cuenca, constituyendo un amplio sistema de hoces naturales en el curso alto del río Tajo y sus afluentes a su paso por estas provincias y de extensos bosques que los rodean, con una gran diversidad climática, topográfica y geológica
Fue creado en el año 2000 como parte del desarrollo del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) con una superficie de 105.721 ha más otras 68.824 ha de Zona Periférica de Protección y comprendiendo ambas zonas partes o totalidades de hasta 44 municipios. A su vez se establecieron varias Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) de acuerdo con la Red Natura 2000. Con la creación de estos espacios naturales se pretende proteger varios lugares de importancia geomorfológica y microhábitats de interés florístico, y diversas especies de flora y fauna. A su vez, la ley prevé el establecimiento de una Zona de Influencia Socioeconómica para la que se aplica un Plan de Desarrollo Sostenible con el fin de fijar población en los pueblos de la zona, generar empleo, impulsar la cohesión comarcal y fomentar la promoción externa del parque natural y de esta área de influencia socioeconómica.
La extensión que ocupa el parque natural presenta una geología y una litología basadas en terrenos principalmente secundarios y cuaternarios, generalmente calizas, yesos, areniscas y arcillas, lo que hace que la orografía que presenta se base principalmente en amplios páramos recortados por los ríos formando grandes hoces y cañones. Las zonas de mayores elevaciones corresponden a la parte más oriental, donde nacen la mayoría de los ríos que surcan por el parque natural. El Alto Tajo está cruzado por un gran número de ríos, que de norte a sur son vertebrados por el Tajo, y que van acumulando caudal entre los bosques y la abrupta orografía del terreno. Junto con el Tajo, sus afluentes por la derecha Hoz Seca, Gallo, Linares y Ablanquejo son los principales ríos que cortan los páramos y los montes del parque natural.
El clima de la comarca es de tipo mediterráneo continentalizado, con temperaturas suaves en veranos y extremadamente frías en inviernos. Las precipitaciones se concentran sobre todo en los meses primaverales, lo que, junto con el deshielo, hace que sea en esta época cuando se registran los mayores caudales en los ríos.
Este clima extremo favorece que la vegetación sea la más capacitada a adaptarse a los fríos inviernos y a las irregulares lluvias. El árbol más dado en los bosques del Alto Tajo es el pino, aunque también se pueden observar concentraciones de quejigos, sabinas y encinas, entre otros. Entre la fauna más destacada están las poblaciones de pequeños mamíferos y de zorros, las aves rapaces, como el buitre leonado, los peces de río y numerosos reptiles, anfibios e invertebrados, muchos de ellos protegidos por la legislación.
En cuanto a la población, los municipios sufren una despoblación constante desde los años 1960 debido a la emigración a las grandes urbes, dejando áreas con muy baja densidad de población. La economía se ha basado tradicionalmente en la ganadería trashumante y en la explotación de los recursos madereros y del caolín, abundante en muchas zonas de la comarca. Desde la declaración del parque natural, el turismo se ha convertido en una nueva fuente de ingresos.
Los parajes del Alto Tajo y el oficio de los gancheros que surcaban las aguas del Tajo llevando las maderas hasta Aranjuez y Toledo, inspiraron a José Luis Sampedro para escribir la novela El río que nos lleva (1961).
(Wikipedia)
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