El fotógrafo Díaz Casariego retrataba en 1930 el estado en que se encontraba aquella casa que antes mencionamos como del niño martirizado (Antonio Grilo, 12).
Los vecinos llevaban más de quince años sin pagar el alquiler ante la ausencia de dueño de la finca.
Al parecer, en 1914 había muerto un sacerdote en una habitación de la casa, la que da al balcón que vemos a la izquierda (segunda planta), del que se decía era el dueño o administrador. Desde entonces cada vecino ocupó las mejores habitaciones de la casa y con patada en la puerta se instalaron otros nuevos.
Nadie pagaba alquiler, ni contribución, ni nada, lo que llevó a que el edificio fuese llamado "Casa de Jauja" Y para no ser menos, el inquilino del local de la derecha, no tuvo mejor ocurrencia que poner a su comercio el título de "El sol sale para todos".
(Historia urbana de Madrid)
De todo un poco. Leyendas, tradiciones e historias curiosas de todas las regiones de España. Unas son verdad y otras no tanto.
Selección
lunes, 1 de mayo de 2017
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario