Esta leyenda hace alusión a la construcción de la presa La Parada y la Contraparada situada a unos kilómetros de Murcia. Y como parece ser que no se ponían muy de acuerdo en adjudicar la autoría de dicha obra, nació esta bella leyenda de la sabiduría popular.
En pleno proceso constructivo, de la titánica obra, a falta de unos cuantos retoques para su terminación, un día, se vino abajo lo creado "como el papel de fumar", y por mas empeño que se ponía por volver a levantarla no había forma humana en conseguirlo, cuando estando en éstas, apareció un misterioso personaje, que les increpó diciéndoles que eran 'unos animales empinaos', y les dio una serie de consejos para que diera resultado tamaña empresa. Siguiendo sus consejos, la obra salio adelante, pero al poco, volvió a hundirse , y aquel enigmático personaje, de nuevo, volvió a hacer acto de presencia, e intentaron tirarlo al agua a empujones sin éxito. El hombre les indicó que todo era obra de un hechizo y que lo que tenían que hacer para deshacerlo era tirar una figura de la Virgen por la contraparada, por donde se iba el río....
Así lo hicieron , y ocurrió que donde cayó, se quedó el río seco para nuestra Señora no se mojara, y ésto, junto a otros fenómenos presenciados ante los atónitos ojos de los moros hicieron que huyeran despavoridos.
Se dice que aquel hombre era un demonio que quería reírse viendo como el río se llevaba a la Virgen, porque le tiene mucha 'tirria', pero ocurrió justo lo contrario: que fue ella quien se llevo al Diablo.
En pleno proceso constructivo, de la titánica obra, a falta de unos cuantos retoques para su terminación, un día, se vino abajo lo creado "como el papel de fumar", y por mas empeño que se ponía por volver a levantarla no había forma humana en conseguirlo, cuando estando en éstas, apareció un misterioso personaje, que les increpó diciéndoles que eran 'unos animales empinaos', y les dio una serie de consejos para que diera resultado tamaña empresa. Siguiendo sus consejos, la obra salio adelante, pero al poco, volvió a hundirse , y aquel enigmático personaje, de nuevo, volvió a hacer acto de presencia, e intentaron tirarlo al agua a empujones sin éxito. El hombre les indicó que todo era obra de un hechizo y que lo que tenían que hacer para deshacerlo era tirar una figura de la Virgen por la contraparada, por donde se iba el río....
Así lo hicieron , y ocurrió que donde cayó, se quedó el río seco para nuestra Señora no se mojara, y ésto, junto a otros fenómenos presenciados ante los atónitos ojos de los moros hicieron que huyeran despavoridos.
Se dice que aquel hombre era un demonio que quería reírse viendo como el río se llevaba a la Virgen, porque le tiene mucha 'tirria', pero ocurrió justo lo contrario: que fue ella quien se llevo al Diablo.
(respeto algunos giros linguísticos de la huerta murciana)
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