Al sur de Lanzarote, alzado sobre un terreno casi aislado, se levanta esta inmensa torre blanca que señaliza el Estrecho de la Bocaina, conectando con la luz del anterior faro. Su aislamiento se hace cada vez menos evidente, y su carretera de acceso comienza a mejorarse a medida que algunas urbanizaciones invaden su entorno. Un edificio datado en el 1988 al que le acompaña el anterior faro de 1866, el cual se quedó a la sombra del nuevo. Cuenta con una torre de hasta 47 metros de alto y espera ser rehabilitado para uso público. En cambio, no pasará lo mismo con su antiguo compañero que conserva todo su encanto como Bien de Interés Cultural, aunque su fachada se ha visto convertida en el lienzo de varias pintadas.
(Termómetro Turístico)
De todo un poco. Leyendas, tradiciones e historias curiosas de todas las regiones de España. Unas son verdad y otras no tanto.
Selección
martes, 6 de junio de 2017
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