En las laderas del Pico Ocejón y del Cerro el Campo nacen multitud de arroyuelos y fuentes cuyo caudal depende en gran parte del agua de lluvia y del deshielo. Por las márgenes de cada uno de los dos arroyos principales transcurre el camino que utilizaban las gentes de Valverde para ir a Majaelrayo y a Campillo.
La visita a Las Chorreras de Despeñalagua, como se denominan en Valverde, es obligada, la más habitual, y muy fácil de realizar.
Desde la plaza del pueblo se sube a las eras (campo de fútbol) y se continúa por el camino que sale de frente en la parte más alta de las mismas, en dirección a la cascada, que vemos al fondo entre dos laderas (no tomar el camino que sale a la derecha, junto a los repetidores). Tras una pequeña cuesta se alcanza el nivel del Cacerón (que trae el agua de regadío desde el pie de las Chorreras) y no hay que abandonarlo hasta llegar a las mismas.
Pasaremos una zona de castaños y tras una explanación, dejamos un camino que sube a la derecha y que va a parar al Hervidero, encima de las Chorreras (recorrido más largo); después pasamos las peñas del Barranco de la Morena, encima del Gollindo (una garganta entre rocas con una pequeña cascada) y tras un pequeño arroyo llegamos a La Prairuela; es un buen sitio para descansar un poco, hacer unas fotos y contemplar los cerros que la rodean; allí encontraremos una serie de piedras planas donde los pastores dejaban la sal a disposición de las cabras y ovejas que pastoreaban.
Siguiendo el curso del Cacerón, y cada vez más próximos al arroyo, que discurre formando pequeñas cascadas a nuestra izquierda, llegamos a los prados del rincón y a la Chorrera. Allí podemos contemplar las dos cascadas que se despeñan a lo largo de sus 70 m de altura. Durante el invierno la pared completamente helada permite escalarla con un equipo adecuado. Existe la opción (no recomendable, algo peligrosas y con dificultad alta) de ascender a lo alto de la cascada por la izquierda y bajar después por el camino que baja del Hervidero y que desemboca en la zona de castaños que hemos dejado a la derecha.
Si se desea subir a lo alto de la Chorrera por el camino más largo se debe tomar el camino de Majaelrayo en la bifurcación que sale a la derecha tras los últimos castaños. La vista desde lo alto de la Chorrera es aún más impresionante que desde abajo, aunque puede revestir un peligro asomarse.
Los campanones, pequeños narcisos de la tierra, pueden aparecer en primavera en cualquier rincón de los alrededores de las Chorreras; indudablemente aquél es el mejor florero para que se luzcan y se renueven todos los años. Tanto esta flores como cualquier muestra de vegetación debe ser respetada, procurando, además no salirse de las sendas marcadas.
Aguas abajo de Despeñalagua se forman infinidad de pequeñas cascadas; el "Pozo de los señoritos" es una de las más conocidas y su imagen helada en invierno está reservada a quienes consigan llegar en esta época en el momento oportuno y a veces, irrepetible.
(Ayuntamiento)
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