Finisterre (Fisterra en gallego) fue conocido en tiempos pasados como el fin del mundo. De hecho, el general romano que dirigió la conquista de Galicia, Décimo Junio Bruto, creía que aquí el sol dejaba de existir. Dicen los lugareños que los fenicios practicaban en Finisterre el culto al sol. En la actualidad, un potente faro de 17 metros de altura y visible a 32 millas reina sobre el cabo y es uno de los lugares que más peregrinos de la ruta Xacobea eligen para poner fin a este viaje espiritual.
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