Se conservan antecedentes de construcciones particulares desde 1788.
Tradición.—Dáse el nombre de Regueros a esta calle porque en ella hubo un corral donde se encerraban los carros del riego para los paseos públicos. Cuéntase también que este sitio fué en lo antiguo cementerio de la parroquia de San José, cuya iglesia estaba entonces frente a las monjas de Góngora.
Dice otra tradición que a fines del siglo pasado enterraron aquí a un hombre llamado el Nazareno, el cual tenía el pelo rizado en bucles y la barba en forma de tenedor. Se decía vivir sin alimentos y ser muy virtuoso: cuando murió tuvieron que poner guardias que le custodiasen, y estuvo varios días sin enterrar. Al derribarse este cementerio se encontró un cadáver entero que olía á tomillo y espliego, y en admirable estado de conservación; no sabemos si sería el del mencionado Nazareno, pero es el caso que en cuanto le dio el aire se deshizo todo.
(Carlos Cambronero)
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