¿Qué es lo que tiene Olite que hasta cierta alcaldesa belga se acercó hasta aquí para gozar de su atractivo? Pues, básicamente, ese pedazo de Palacio Real en donde cualquier niño/a de la generación Disney soñó vivir. Su estampa es indescriptible, formada por un conjunto de edificios que poco a poco se fue anexionando y que vienen a reivindicar que el eclecticismo puede ser hermoso.
Pero Olite no es solo este monumento (dicho sea de paso, el más visitado de la región). También tiene un señor paseo que conduce hasta edificios religiosos como la Iglesia de San Pedro o la portada de Santa María la Real y hasta lugares para el ocio histórico como el Palacio Viejo, hoy sede de uno de los paradores más espectaculares de España.
Pero Olite no es solo este monumento (dicho sea de paso, el más visitado de la región). También tiene un señor paseo que conduce hasta edificios religiosos como la Iglesia de San Pedro o la portada de Santa María la Real y hasta lugares para el ocio histórico como el Palacio Viejo, hoy sede de uno de los paradores más espectaculares de España.
(Traveler)
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