Pero si algo destaca es su puente de piedra medieval que hay que atravesar para entrar al caso histórico lleno de callejuelas empedradas. Todavía conserva sus cuatro arcos originales, su viejo peralte y sus tajamares para rasgar las aguas del río. Desde este punto se puede realizar el llamado paseo de los Oficios que transcurre por varios reconstrucciones de elementos etnográficos, como una almadía (balsas de madera tradicionales), una carbonera, un horno de leña, una nevera y una calera.
Y para los amantes de la naturaleza también hay opciones, a pocos kilómetros del propio casco urbano, nos encontramos con un profundo cañón de roca caliza excavado por las aguas del río Esca, se trata de la foz de Burgui. También podemos recorrer los caminos para llegar al bonito abetal de Basari.
La Vanguardia
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