Un lugar tranquilo de casas con tejados rojos y muros de piedra que enamoró al mismísimo Picasso, aquí pasó una larga temporada, y prueba de ello es el Centre Picasso donde se pueden ver algunas de las obras realizadas por el artista durante su estancia en la población.
Situado en la cima se ubica el castillo del siglo XI, refugio de los cátaros. De toda la fortaleza sólo queda la parte de las murallas, y algunas ruinas de la antigua población, casas y la iglesia de Santa María del Castillo con algunos muros románicos y la torre de un campanario. No es necesario que haga frío para disfrutar de este bello lugar.
La Vanguardia
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