En total, se han catalogado 4.157. El criterio básico utilizado para determinar si un olivo es milenario -de acuerdo con parámetros aplicados en la Comunidad Valenciana- es que el tronco, a una altura de 1,3 metros del suelo, tenga más de 3,5 metros de perímetro.
Las fichas de cada árbol catalogado incluyen las medidas de la altura total y del diámetro de la copa, fotografías y la localización precisa mediante GPS. La información recogida sirve para valorar la monumentalidad en una escala que va de 1 a 6; dos de los tres ejemplares de Peñarroya tienen un grado 4 y otro, 2.
Los olivos milenarios de Peñarroya de Tastavins se encuentran en una finca yerma de la partida de Pont Xafat, en las inmediaciones del casco urbano. El ejemplar de mayores dimensiones tiene un perímetro de 5 metros, una altura de 5,5 metros y un diámetro de copa de 10. Sin embargo, todavía están muy lejos de las medidas que presenta el mayor ejemplar inventariado, localizado en Traiguera (Castellón). Mide 10,2 metros de perímetro de tronco y se sitúa entre los individuos más grandes de su especie en toda la cuenca mediterránea.
El entorno
El Ayuntamiento de Peñarroya pretende dignificar el entorno de sus tres olivos milenarios del municipio como un lugar de estancia y reclamo para el turismo. El alcalde, Francisco Esteve, señaló que el Consistorio ha mantenido contactos con el propietario del terreno con la pretensión de adecentar el lugar con la instalación de bancos y paneles informativos que explique la singularidad de los árboles.
Los olivos de Peñarroya pertenecen a la variedad empeltre, muy abundante en Aragón aunque muy poco presente en el resto de la Taula del Sénia. Se trata, además, de los ejemplos más sobresalientes de un cultivo que centró la economía de la Comarca del Matarraña durante siglos.
Francisco Esteve explicó que los tres ejemplares turolenses incluidos en \'Oliveres mil•lenàries\' están ubicados en un terreno soleado y resguardado del viento, lo que pudo salvarles de la histórica helada de 1956, que acabó con la mayor parte de los olivares del Matarraña.
Las bajas temperaturas son el principal inconveniente para la supervivencia del olivar. Además de Valderrobres y Beceite, en la provincia de Teruel, otras tres localidades de la Taula del Sénia no cuentan con olivos milenarios debido a su emplazamiento en las tierras altas de los Puertos de Beceite: Morella, La Pobla de Benifassà y Vallibona, las tres castellonenses.
Las localidades con mayores concentraciones de ejemplares milenarios son, por el contrario, las de menos altitud. Ulldecona (Tarragona), Canet lo Roig (Castellón) y la Jana (Castellón) cuentan con 1.234, 1.115 y 938 olivos, respectivamente.
El aceite obtenido de estos árboles se elabora y comercializa de forma diferenciada del resto. El gerente de la mancomunidad de la Taula del Sénia, Jaume Antich, explicó que, actualmente, hay siete almazaras -4 de Tarragona y 3 de Castellón- que producen este singular producto. Se trata, no obstante, de un aprovechamiento económico inviable en Peñarroya debido al escaso número de ejemplares catalogados.
El catálogo revela que la confluencia de las provincias de Castellón y Tarragona presenta la mayor concentración de olivos milenarios de toda la Península Ibérica "e incluso de todo el Mediterráneo". \'Oliveres mil•lenàries\' repasa la historia del cultivo desde su introducción hasta la aprobación en 2006 de la Ley del Patrimonio Arbóreo de la Comunidad Valenciana que tiene, entre sus principales objetivos, proteger los olivos monumentales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario