En La Almunia, por su parte, un roble marca el hito de uno los enclaves más fascinantes de la ruta de las Huertas de La Almunia. Homenajeado por sus vecinos y con más de 120 años de edad, este robusto roble da solemnidad a una finca que en su día perteneció a la familia Rey Ardid. Al final de un sendero flanqueado por cipreses se haya esta joya natural de 24 metros de altura y con un tronco de más de más de metro y medio de diámetro. Junto a él aparecen plataneros, cipreses, álamos, laureles y alguna acacia.
Heraldo
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